La política de los besos es un tema que le intriga a la periodista Rosamund Urwin, de 29 años, que escribe regularmente sobre las relaciones de género. Algunos podrían ver este comportamiento como pasado de moda, pero volver a las costumbres de antes podría ser la forma de afrontar los dilemas modernos sobre el consentimiento. Un grupo de banqueros jóvenes, que salieron a tomar una copa después del trabajo, nos dieron su punto de vista. Ninguno de ellos quiso dar su nombre, pero uno admitió que había pedido permiso para besar a una mujer Pero es una idea terrible. Hay que lanzarse.
El saludo con besos En familia La costumbre de besar al saludarse se propaga. Y ahí surge el brete, las dudas e incluso los malentendidos. Porque la realidad es que la costumbre de besar al saludarse se propaga. Guste o no guste coinciden que se trata de una hábito que va en aumento.
Lo cierto es que estrenar los jeta de una persona provoca vértigo. Y no es para menos. Un basic coverage beso puede ser también torpe y suicida, decisivo para que la galán dé al traste con su relación y la atracción sexual se desinfle de inmediato. La mujer es advertido de averiguar por ese aroma analógico si es el complemento genético abstracto. Sucede así porque ese roce sutil de labio contra labio envía señales al cerebro que impulsa el ambición ardiente y entonces se desata la refriega química.