Sin embargo, si se desea mantener una relación estable y gratificante, la sexualidad no solo hay que experimentarla, sino que hay que hablar también acerca de ella para lograr un mejor conocimiento de la pareja y alcanzar un buen desempeño en la intimidad, que satisfaga a ambos. Lleguen a acuerdos, pero no se conviertan en espectadores pasivos del deterioro de una sexualidad extraordinaria al inicio de la realación, a una sexualidad rutinizada. No hagan el acto sexual por cumplir un requisito, sino, porque lo desean de verdad. Dialogue sobre las formas de estimulación, el cómo, el dónde, el con qué les gusta. Los sitios, las vestimentas, si con luz prendida o apagada. Si prefieren que les digan durante el acto sexual palabras bonitas o groserías.
Adeudar relaciones sexuales, en cambio, es poco positivo y deseable, con muchos bienes para la salud. Así lo explican especialistas del Hospital Universitario Dexeus, de Barcelona. Se trata de un guión que ha dado lugar a muchas discusiones entre los investigadores. No eficacia controlar las fantasías y los impulsos Tener fantasías sexuales es sin dudas normal e incluso saludable. Tales fantasías, con frecuencia, constituyen una parte importante del juego erótico de los individuos y de las parejas. Pero en ocasiones tales fantasías pasan a ocupar mucho tiempo y la persona siente que no las puede controlar, por mucho que intente reducirlas o mantenerlas a raya. Y tales fantasías generan impulsos que la persona siente como irrefrenables.
Fue al grano. Estaba ahí para satisfacerme. Pero nos llevamos tan bien que después incluso fuimos al bar y nos tomamos algo. Pero los expertos coinciden en que es una afición al alza. Pero ahora la madama también paga.