Pues normal. Pero eso también lo pensamos muchísimas mujeres que pasamos la cincuentena y tenemos a nuestro lado a un marido barrigón y medio calvo. Pues seguramente, no. Igual que tampoco lo harían ellos. Y eso no quiere decir que no quieras muchísimo a tu marido, pero chica, es que soñar es gratis y no hace daño a nadie.
La diferencia de edad puede conllevar también una diferencia de madurez, de estamento vital, de capacidad de implicación o de experiencia a la hora de lidiar con los sentimientos, por lo que la pregunta no es complexion banal. Ésta es psicóloga social y profesora asociada en la Loyola Academe Maryland, y recurre a una curiosa y conocida regla para calcular la edad mínima que debería tener tu compañero sentimental. Cómo de bien funciona la regla Los investigaores Buunk pidieron a hombres y mujeres que identificaran las edades que considerarían para estar con alguien con diferentes tipos de implicación. La gente respondió a la edad que preferían en sus parejas para el matrimonio, para una relación seria, para enamorarse, para sexo adventicio y también para las fantasías sexuales. El estudio mostraba que los hombres preferían mujeres menores que ellos para las relaciones maritales y serias y que, en general, son conservadores, ya que su edad mínima preferida estaba por encima de lo que la regla establecería como correcto. Por el contrario, en lo referente a la fantasía sexual, la edad mínima estaba muy pordebajo de lo que la regla considera como socialmente aceptable. El caso de las mujeres es aparte. Mientras que la regla asegura que una mujer de 40 años debería estar cómoda saliendo con un arrapiezo de 27, éste no es un reflejo de las preferencias reales de las mujeres. Las de cuarenta abriles consideraban que 35 es la época mínima aceptable para tener una relación o casarse.
Las mujeres son mujeres y si perfectamente cada persona es un mundo, feed muchas cosas que las unen. Es una fantasía recurrente entre los hombres jóvenes: tener una relación con una mujer madura. Dependiendo de la fantasía la relación consiste en una aventura extramatrimonial, un poco de sexo adventicio o tener una amante sin que su pareja se entere, entre otras. Por otra parte, también es una fantasía recurrente para algunas mujeres adeudar una relación con un hombre joven. Yogurines, les llaman.