Por Sia K. Para la mayoría de personas cisgénero, es difícil comprender qué siente una persona transgénero. Abajo intentaré desmontar estas narrativas, y explicarlas desde mi experiencia como mujer trans. Nací en el cuerpo equivocado Cuando nacemos, no tenemos desarrollado un sentido de nosotras mismas, es mediante nuestra interacción con el mundo exterior y los estímulos que se nos presentan que comenzamos a desarrollarnos como seres individuales. Las respuestas que obtenemos de las personas que nos crían durante estas exploraciones comienzan a desarrollar nuestra autoestima, aprendemos lo que es bueno y malo. Es en este momento de autoexploración y descubrimiento una persona puede empezar a identificarse como transgénero. Uno de mis primeros recuerdos es preguntarle a mi abuela paterna cuando iba a tener pechos.
De ahí que, para las mujeres transgénero, contar con un pecho de apariencia y tamaño femenino sea tan importante para asumir definitivamente su rol de mujer. Cuando se habla de cirugía de reasignación de género en las mujeres transexuales, generalmente se piensa en la orquiectomía cirugía para extraer los testículos y la vaginoplastia cirugía para crear una vagina. La mayoría de pacientes que llegan a mi consulta de cirugía estética para su reasignación de género han estado tomando estrógenos por un tiempo. Esta hormona es clave en el proceso de feminización de las mujeres trans. Sin bloqueo, los estrógenos en el aumento de pecho a veces pueden quedarse cortos. A pesar de que este aproximación con hormonas ayuda notablemente en el crecimiento del pecho, el resultado denial es el deseado para muchas de ellas. Es en estos casos cuando se recomienda un aumento de busto en las mujeres trans. Esta cirugía de reasignación de sexo se puede hacer antes de la orquietomía y la vaginoplastia y, sin duda, es determinante en la transición física a su género autoafirmado.