Entiendo que en estos doce años es posible que algunas cosas hayan cambiado, otras evolucionado y otras muchas, en lo que se refiere a mujeres, mujeres independientes, mujeres que deciden, mujeres que se convierten en madre y madres que no son al uso, estamos todavía en pañales. El concepto de que una mujer sola, con un hijo, no va a poder salir adelante todavía persiste. Por otro lado, todavía persiste el concepto social de que una mujer, sin un hombre al lado, se encuentra desprotegida, es un ser desvalido, y me cuesta creerlo cuando son tantas las que a diario demuestran lo contrario. De ahí que el primer pensamiento que le viene a algunas personas cuando les quieres comunicar que has decidido tener un hijo sola y por voluntad propia, es que no sabes bien lo que haces. Y posiblemente traer un hijo al mundo se pueda ver desde un prisma egoísta, tal y como es el mundo; pero también puede ser un acto de amor, para aquellos que pese a todo amamos la vida y creemos que es maravillosa. Yo tenía claro que el mejor regalo que le podía dar a mi hija era traerla al mundo, traerla a la vida. Siempre hay un por qué no has hecho una cosa en lugar de otra.
Veamos algunas de las formas de hacerlo: Verifica tu elegibilidad de Medicaid Si antes no habías calificado para Medicaid, debes saber que muchos estados reducen la lista de requerimientos de elegibilidad durante el embarazo para así becar a las mujeres que estén en estado a obtener una cobertura. Puedes llamar a tu representante de seguros local o al Departamento de Salubridad de tu ciudad para saber si eres elegible. El tiempo de gualdrapa varía entre 18 y 36 meses. Habla con tus padres De armonía al ACA, si uno de tus padres tiene un plan de salubridad, podría añadirte en su seguro. Eso sí: debes saber que muchos planes de salud no cubren servicios de maternidad para dependientes. Por tanto, es recomendable que verifiques toda la asesoría antes de optar por esta disyuntiva. Algunos de ellos tienen planes de pago a plazos que te darían tiempo para conseguir el dinero. Otra posibilidad es buscar tarjetas de descuentos o rebajas en los servicios de salud, lo cual te permitiría reducir el costo total del tratamiento y así dividirlo en varias tarifas mensuales.