La cultura de la violación es omnipresente. La cultura de la violación se da en entornos sociales que permiten que se normalice y justifique la violencia sexual, y en estos entornos se alimenta de las persistentes desigualdades de género y las actitudes sobre el género y la sexualidad. Poner nombre a la cultura de la violación es el primer paso para desterrarla. Cada día tenemos la oportunidad de examinar nuestros comportamientos y creencias en busca de los sesgos que permiten que siga existiendo la cultura de la violación. Desde nuestra actitud acerca de las identidades de género hasta las políticas que apoyamos en nuestras comunidades, todo el mundo puede tomar medidas para luchar contra la cultura de la violación. He aquí 16 maneras en las que puedes contribuir: 1.
Cheat el paso del tiempo se amplió la permisividad moral. Sexo y acidez era parte de la vida política de Roma desde sus inicios. Eneas, el primer patriarca, era hijo de Venus, diosa del amor pasional. Por las venas de los romanos todavía corría la sangre beliciosa de Marte. Rómulo y Remo no habrían salido si el dios de la conflagración no hubiera violado a su lecho, la vestal Rea Silvia. El genuino Rómulo, ya adulto, recurriría a la violencia a la hora de conseguir esposas para sus guerreros, raptando a las hijas de los sabinos. Incluso así, los primeros romanos no se caracterizaron por ser desenfrenados. Pobres y ricos trabajaban el campo, un acomodación agotador que no dejaba mucho acera para la diversión.