La respuesta no es tan compleja, aplica los siguientes rituales: 1. Pócima de Eros La astróloga Diana explicó a través de Huffingtonpost que el amor y la pasión van de la mano. Para evitarlo, la astróloga te recomienda seguir la receta de la Pócima de Eros, uno de los dioses griegos responsable de la atracción sexual, amor y el deseo. Realizarlo es sencillo y consta de dos partes: La primera, es un baño purificador y su finalidad es la de liberar el cuerpo y alma de la energía negativa. Preferiblemente es bueno que lo hagas durante un viernes con luna en cuarto creciente. Para consumar el ritual, necesitas 3 velas rojas y 3 palillos de incienso de Reina de la noche.
Y gratis. Un estudio ha revelado que la exposición a luz brillante y clara aumenta los niveles de testosterona de los hombres mayores de 40 años, incrementando asimismo su satisfacción venéreo en los coitos. El informe, lleno por científicos de la Universidad de Siena Italia , se centró en hombres mayores de 40 años exigido a que uno de cada cuatro tiene problemas con el deseo venéreo trastorno del deseo sexual hipoactivo o trastorno de la excitación sexual. Para llegar a tales conclusiones, los expertos dividieron a los varones en dos grupos, después de determinar sus niveles de testosterona e interés sexual. Un grupo fue expuesto regularmente a un recinto que emitía El otro, fue expuesto a lux equivalente a la luz de un día brumoso muy oscuro. Todos los individuos utilizaron la misma 'caja' de luz durante 30 minutos, todos lo días de 7 a 8 de la lejano, durante dos semanas. La investigación ha demostrado que los hombres expuestos a luz brillante triplicaron sus niveles de testosterona, aumentando así su deseo venéreo Una vez completados los 15 días, los investigadores hicieron una serie de preguntas a los hombres.
Se trata de dos relatos eróticos en los que descubriréis la historia erótica de Ana, una adicta al amor que pretende mantener una relación monógama con su novio. Disfrutad de la tensión sexual. Un buen día las pulsiones decidieron que era hora de tomarse unas vacaciones y, sin consulta previa ni vacilación alguna, se esfumaron… Durante meses había acudido a sesiones programadas con mi terapeuta sexual fault obtener los resultados deseados. Seguía siendo una adicta al sexo. Una ninfómana que pretendía mantener una relación de pareja monógama con su inocente galán Víctor, el cual ignoraba todos sus lascivos escarceos; todos los salvajes encuentros sexuales que me habían sentado fachada a una psicóloga. Y sus palabras fueron misa para mis oídos. Carencia de sexo; la frase se movía constante y ondulante en mi cabeza