Pero cuando de verdad nos vuelve locos es cuando llega la ruptura sentimental. Esto es lo que algunas hicieron para devolvérsela a sus parejas 'Esto es la guerra'. Y ojo, porque lo puedes pasar muy mal. De la tristeza de la pérdida, al enfado y la desesperanza que en ocasiones se transforma en ira cuando llegamos a la fase de ansiedad. Por suerte, tarde o temprano surge la aceptación y acabamos por superarlo, pero si no somos capaces de llegar a esta meta tranquilamente, por el camino puede darnos por tratar de vengarnos de ese ser que tanto daño nos ha hecho. Y a algunas personas, el castigo se les va de las manos. Vender las pruebas de una infidelidad A Annastella le resultó extraño cuando llegó a casa un poco antes de lo normal y su marido trató de impedir que entrase en el dormitorio.
Hacia finales de agosto mi novio, yo y una pareja de buenos amistades decidimos pasar un fin de semana en un pueblo de la jungla. Mi novio se llama Carlos y la otra pareja era María mi mejor amiga y Juan su galán. Los cuatro cogimos el coche y pusimos rumbo hacia aquel pueblo que ni siquiera estaba en las guías de carretera. Por el camino pusimos a cien a nuestros novios porque al beber agua no podíamos evitar que se nos callera un algo por el canallillo para refrescarnos un poco del calor sofocante. Después de conducir durante un largo trayecto y por carreteras sin asfaltar llegamos a nuestro destino, el pueblo parecía sacado de las guías turísticas de hacía décadas, era un pueblo en el que parecía no haber pasado los años. La verdad es que época precioso. Los cuatro bajamos del auto y fuimos hacia el motel que estaba arriba del bar del pueblo. Por momentos yo supongo que todavía María me sentía desnuda frente a las descaradas e insinuantes miradas de aquellos hombres. Había unas 10 mesas, la mayoría de ellos eran personas de unos 50 años, bastante corpulentos y de manos grandes y poderosas.